jueves, 22 de julio de 2010

La herencia de Joan d’Anguera

Dentro del panorama vinícola catalán, la DO Montsant destaca tanto por su tradición como por el avance a logradas expresiones en el panorama de la industria actual. Los romanos ya elaboraban vinos en esta tierra. Mucho tiempo después, los monjes cartujos impulsaron el cultivo en toda la comarca. Ya en el siglo XIX, los vinos de esta zona consiguieron numerosos reconocimientos en los principales encuentros internacionales de especialistas.

Desde tiempos ancestrales, en las tierras de la DO Montsant han convivido en armonía la actividad humana y el respeto al medio ambiente. La sierra del Montsant ha sido, y en cierto modo sigue siéndolo, un refugio espiritual. Prueba de ellos son los eremitas que, haciendo honor al nombre de la sierra, la han poblado desde el siglo XII.

“La DO Montsant es una denominación pequeña, donde la producción de uva oscila, en su conjunto, alrededor de los 10 millones de kilos. Las hectáreas productivas de viñedos suman unas 2 mil y el número de bodegas va alrededor de las 50. Los vinos más comunes son los tintos, elaborados principalmente a partir de las variedades tradicionales Garnacha y Cariñena, que dan unos vinos con mucho cuerpo, aptos para la crianza. Los vinos tintos de Montsant son equilibrados y aromáticos.

Por lo que respecta a los vinos blancos, las variedades tradicionales son la Garnacha blanca y Macabeo. Los blancos de la zona se distinguen por su sedosidad, su personalidad gustativa, su estructura y por sus aromas elegantes y sutiles. Los rosados ganan presencia año tras año. Resultan muy olorosos, sedosos, con aromas muy intensos de frutas del bosque.

La Denominación de Origen Montsant nació formalmente en 2002, integrada por los municipios y las bodegas que, hasta esa fecha, formaban la subzona Falset de la denominación de origen Tarragona. La DO ha vivido, desde entonces, un crecimiento espectacular. Si en el momento de su nacimiento, tenía 28 bodegas, la cifra ya supera hoy las 50 bodegas. Casi 70% de su producción embotellada se destina a la exportación, principalmente a Alemania y a los Estados Unidos, de acuerdo con datos de la misma DO.

Una de las bodegas emblemáticas de Montsant es Joan d’Anguera, pionera en el cultivo de la cepa Syrah en España. Actualmente Joan y Josep d’Anguera mantienen la tradición en la fabricación de los vinos, abriendo sin embargo el camino a nuevas expresiones.

“En Joan d’Anguera, siempre hemos entendido que solamente trabajando con el máximo respeto la tierra heredada de nuestros antepasados, podremos obtener vinos que reflejen con toda pureza la zona de donde proceden. Por eso, en nuestras viñas siempre hemos utilizado productos respetuosos con el medio ambiente.

“En este sentido, en 2009 iniciamos un proceso de conversión de nuestros viñedos en cultivo ecológico y agricultura biodinámica. Para la obtención de los correspondientes certificados, seguimos las normativas del Consell Català de la producción Ecológica y Remeter”, precisa Josep d’Anguera.

Refiere que los viñedos fueron plantados por los ancestros familiares que se establecieron en Montsant, durante 1820. Ellos fueron los pioneros, los Joan d’Anguera, quienes desde los principios desarrollaron esa mágica complicidad que une al hombre con la tierra.

“Así se entiende que en estas viñas se plantara la primera cepa de Syrah en España. Y, tal vez, por esa razón es aquí donde la historia se puede sentir. Olivos nueve veces centenarios bordean los viñedos, la grava del suelo se muestra en toda su aparente rudeza y el aire del Mediterráneo trae los aromas que las cepas atrapan y transforman en sensaciones.

“Aquí el entorno no hace concesiones a la frivolidad. Por eso hacen falta el rigor y la experiencia de generaciones para convertir diamantes en bruto en joyas líquidas, para transformar una naturaleza agreste en frutos jugosos y éstos en vinos elegantes, sedosos, inolvidables. Los valores, las raíces de la cultura familiar, están preservadas para ser transmitidas a las siguientes generaciones de vitivinicultores Anguera”, explica.

Joan d’Anguera, Planella, Finca L’Argatá, Bugader y D’Or establece el cuadro de honor vinícola de la bodega catalana. El primero es una mezcla de Syrah, Garnacha y Cabernet Sauvignon; joven pero equilibrado, impetuoso pero controlado, con inesperados tonos frutales y sorprendente suavidad. Un vino redondo, con persistencia aromática: perfecto para cada día.

En el caso de Planella, se trata de un encuentro de cepas Mazuelo, Garnacha, Syrah y Cabernet Sauvignon que, al decir de Josep d’Anguera, expresa la fuerza de Montsant, mostrando la concentración de los nutrientes extraídos de cepas centenarias, transformados en púrpura, cerezas y chocolate. Marcado por un fino especiado, tuvo un paso de 10 a 12 meses en barricas de roble francés.

Finca L’Argatá se compone de cepas Syrah, Garnacha y Cabernet Sauvignon, con un paso de 14 meses en barricas de roble francés. Expone “la armonía del terruño y el equilibrio de los componentes, sin perder potencia, carnosidad y amplitud”.

Bugader es un vino fabricado con uvas Syrah y Garnacha, con 14 meses en barricas de roble francés. Es “profundamente místico, puro Syrah, puro cuerpo. No hay más que una palabra para describirlo: magnífico”.

En el caso de D’Or es “oro líquido, con reflejos cereza, dulce con un preciso toque de acidez. Una joya. Perfecto contrapunto para un Stilton o un Cabrales. Constituido exclusivamente de Garnacha, tiene una crianza oxidativa en toneles de castaño durante 36 meses.

miércoles, 7 de julio de 2010

La leyenda de Perelada

Rubén Hernández
BARCELONA.– Castillo Perelada es buque insignia de la viticultura catalana y un sitio único tanto en el panorama del enoturismo, como del turismo cultural. Perfilado por una fortificación en la que se produce vino desde el siglo XIV, se ubica en el corazón de la D.O. Empordá, en el extremo nororiental de la península ibérica.

“El castillo de Perelada es el corazón histórico, cultural y comercial de la zona. Construido por los vizcondes de Rocabertí, se alza junto a la iglesia del Carmen y un monasterio en el que se encuentra uno de los pocos claustros góticos de Cataluña. En sus bodegas subterráneas, todavía hoy en uso, los monjes carmelitas produjeron durante siglos vino elaborado con uva procedente de los viñedos de la zona”, comenta Àngels Alfonso, directiva de la bodega.

En una tierra donde relucen las leyendas de Salvador Dalí y Ferran Adrià (tanto Figueres como El Bulli se encuentran a pocos kilómetros de esta localidad), resalta asimismo la historia de Miguel Mateu, quien compró la propiedad en 1923 con el interés de recuperar la tradición vitivinícola de la zona.

En este reducto se han producido los cavas servidos en el banquete de coronación de Juan Carlos I, así como en las bodas del rey Balduino, de Bélgica, y del príncipe Felipe y Letizia Ortiz, entre otros eventos reales.

Por otro lado, productos como el Castillo Perelada Finca Garbet han obtenido en certámenes de la talla de Iberwine puntuaciones más altas que vinos como Vega Sicilia, Único, Opus One, Penfolds Grange, Château Margaux y Almaviva.

Añade Alfonso: “Don Miguel Mateu fue una personalidad singular. Hijo del cofundador de los automóviles Hispano-Suiza, su aptitud para los negocios se compaginaba con una marcada vocación político-social, fue alcalde de Barcelona y embajador de España en Francia, además de que poseía una admirable sensibilidad por el arte y la cultura. Fue un carácter único que impregnó su manera de trabajar como elaborador de vinos.

“Perelada es un pueblo único, pues ha sabido combinar una serie de factores muy atractivos: belleza histórica, devoción por el arte y marcado carácter vinícola. Se ha orientado a la cultura del ocio de calidad. Muestra de ello es el Festival Internacional de Música, su casino, uno de los más bellos de Europa, y el club de golf Perelada, en el que se hallan un exclusivo hotel y un wine spa”, expresa Javier Suqué Mateu, heredero de la empresa.

Otros de los elementos relevantes de este acervo es el claustro gótico del Convento del Carmen, la biblioteca del Castillo, con más de 80 mil volúmenes, muchos de ellos dedicados a la vinicultura de la región, y el Museo del Vino, el cual reúne utensilios antiguos relacionados con el tema, como la tolva de recepción de uva de la bodega de los carmelitas.

“Una de mis mayores ambiciones al hacerme cargo de la bodega familiar, a fines de los 80, fue potenciar la elaboración de vinos de calidad. Queríamos demostrar que las condiciones climáticas y geológicas del Empordá eran extraordinariamente adecuadas para obtener vinos elegantes, con estructura y de marcada personalidad.

“Los vinos que presentamos son exponentes de lo mejor. En un mundo cada vez más global, las bodegas deben, en mi opinión, realizar un gran esfuerzo para conservar las características organolépticas que les han sido propias. Dicen que un gran vino es el paisaje de su país concentrado en una copa”, resalta Suqué Mateu.

El Empordá es considerado la región vinícola más añeja de la península. Los antiguos griegos recalaron en el golfo de Roses para fundar la colonia de Empúries. Una de las características geológicas más destacadas es la heterogeneidad de las tierras. En la llanura, los suelos son básicamente de origen fluvial: limo arcillosos, con arena y grava, mientras que en las laderas que la rodean hay una abundante presencia de pizarras.

LA FIGURA DE DALÍ

La historia campea en la evolución de la empresa catalana. El Roc, símbolo de los y vizcondes de Rocabertí, es también el de la bodega. Esta representación heráldica de la torre de ajedrez es un elemento constante en chimeneas, puertas, suelos y tapices; además, da título a una de sus selecciones de tintos y blancos, propios de la D.O. Cataluña.

“Uno de los momentos culminantes de la firma se dio en 1959, con motivo de la visita del presidente estadounidense Dwight Eisenhower. Miguel Mateu recibió el encargo de seleccionar un cava para la recepción. Eligió una pequeña reserva propia que tuvo éxito rotundo. De allí surgió la idea de comercializar un cava de altísima calidad que daría lugar al nacimiento del mítico Gran Claustro.

“Otro momento clave se dio en 1960, a raíz del éxito del champagne rosado de Castillo Perelada en los mercados internacionales, particularmente en Gran Bretaña. Los principales productores franceses recurrieron a tribunales para obtener la exclusividad en el uso del nombre de su zona. Lo consiguieron, por lo que desde entonces los productores de otras zonas han buscado denominaciones alternativas, como la D.O. Cava. En cualquier caso, el pleito supuso una benéfica publicidad gratuita para la bodega”, comenta Alfonso.

Cuenta que otra de las figuras cercanas a la historia de la casa es la del pintor Salvador Dalí: “En su casa de Port Lligat siempre recibía a sus invitados con una copa de nuestros cavas. El Castillo fue testigo durante años de la estrecha amistad del genial Dalí y Miguel Mateu. En colaboración con la Fundación Gala-Salvador Dalí, se creó un cava rosado en homenaje a esta relación: el Brut rosado Torre Galatea, cupaje de Pinot Noir, Trepat y Monastrell.

“La Torre Galatea, en Figueres, decorada con numerosos panes y coronada con una hilera de huevos, fue el sitio donde Dalí pasó sus últimos días. Gracias a las numerosas cartas que Dalí envío a Mateu, y que hoy se guardan en la biblioteca, se ha podido utilizar auténtica caligrafía daliniana en la botella de cava Torre Galatea. Complementan el diseño elementos recurrentes en la obra del pintor: panes, huevos y hormigas”, precisa Alfonso.

viernes, 2 de julio de 2010

El signo de Valduero

Rubén Hernández

Valduero es una de las bodegas emblemáticas de la denominación española de Ribera del Duero, y como tal, ha querido mantener en su vino la identidad de la región, ponderando el carácter de la uva Tempranillo como la esencia de esa personalidad propia, platica Alfonso González, directivo de la empresa fundada en 1984.

“No somos los más grandes, ni los más conocidos; al contrario, los García-Viadero, fundadores y propietarios de la bodega, siempre han querido mantener el espíritu familiar de la empresa. Ribera del Duero puede ser un fenómeno comercial desde hace 25 años, pero su oficio vinícola viene de siglos atrás, con los vinos que tomaban los campesinos.

“Buscamos mantener esa esencia, la manera de fabricarlos y de conservar aromas y sabores característicos. Otras bodegas de la Denominación han optado por incluir otros tipos de uvas. No digo que eso esté mal, somos bastante románticos. Lo que puedo afirmar es que el resultado son vinos para gente sensible, con una inspiración clásica y una cierta experiencia. Suiza, una nación exigente, es nuestro principal cliente fuera de España, algo que llama la atención considerando sus opciones con la Francia.

Valduero fue una de las primeras bodegas fundadas en los 80 en Ribera del Duero, dice. En esa época solo existían en la región unas cuantas embotelladoras. A pesar de tratarse de una zona vitícola de tradición, era una gran desconocida.

Con el tiempo, Valduero ha incrementado el volumen y la calidad de su producción, alcanzando en la actualidad 200 hectáreas de viñedo propio de Tempranillo, con la cual se producen Crianzas, Reservas y Grandes Reservas.

En el 2000 desarrollaron una nueva bodega con un particular diseño. El objetivo fue maximizar la calidad técnica respetando a la vez los tradicionales métodos de elaboración.

Se ha construido excavando tres túneles bajo una montaña, dedicados respectivamente al tratamiento en depósitos de acero inoxidable, al almacenaje de barricas y a botellero. Actualmente tienen un total de 3 mil 500 barricas de roble americano y con un millón de botellas en guarda.

“La mayoría de los Reserva y Gran Reserva, dice, reposan en nuestra antigua bodega durante el periodo de envejecimiento en roble. Se trata de una casa del siglo XVII, localizada en el centro de la villa, con una galería a 40 metros de profundidad y casi mil metros de longitud, donde se alinean más de mil 500 barricas en las mejores condiciones de temperatura (14º C) y de humedad (75%).

“Nuestros vinos guardan buena parte del espíritu de la tradición francesa, que a veces pareciera que se quiere olvidar, pero que ha brindado vinos antológicos. La sensibilidad y el talento de las mujeres están asimismo presentes en su hechura, lo que da por resultado vinos complejos, llenos de matices, en diálogo directo con la barrica”, dice el especialista oriundo de Ribera del Duero.

TAMBIÉN HAY RANGOS

Hoy Ribera del Duero tiene más de 270 bodegas y va para más. Las grandes empresas como Torres, Faustino, Freixenet y Codorniz han volteado la vista, con razón, hacia esas latitudes, subraya González.

“Hay una riberitis entre los consumidores, incluyendo a los mexicanos. Todo lo que suena a Ribera del Duero apunta a un consumo, del mismo modo en que hubo una inclinación por la nobleza; todo lo que sonaba a Marqueses era signo de una compra segura.

“Creo que en ese sentido, mercados como el mexicano tendrán que abrirse más a otras opciones. España tiene en México un mercado natural por la historia y el idioma y muchas bodegas de diversas regiones están tratando de abrirse paso con sus productos.

“En nuestro caso no buscamos una distribución masiva. Nuestros vinos representan una gran inversión en producto, tiempo y trabajo. No queremos que ni un detalle en los corchos los arruine. El que pide una botella de Valduero lo hace con la conciencia de disfrutar un vino espléndidamente elaborado. Nuestra exigencia llega a tal punto, que en un futuro la idea es dejar de elaborar Crianzas y dedicarnos en exclusiva a los Reservas y Grandes Reservas”.

Valduero exporta actualmente a más de 30 países en todo el mundo, concentrándose 70% de la producción en España. En 1996, la empresa inició una importante expansión hacia la Denominación Toro. Adquirió 56 hectáreas que fueron plantadas con la típica variedad tinta de la zona, Tinta de Toro.

“Queríamos consolidar nuestra oferta de vinos de calidad con una gama de vinos jóvenes que, debido a las características del suelo, clima y tipo de uva, no podemos ofrecer en Ribera de Duero”, dice González.

El resultado son vinos “atléticos”, como los describe el especialista, donde los aromas y los sabores cobran potencia en juegos que entusiasman a los paladares jóvenes, como ocurre con el Val Viadero, frutal y fresco, con un intenso color a fresa profundo y brillante, y concentrados aromas frutales; así como el Val Viadero Barrica, expresivo y complejo, con crianza en barrica que se traduce en aromas mentolados y tueste de café, en sintonía con brillante color rubí.

martes, 29 de junio de 2010

Tiene un muy buen pretexto

José Antonio Llaquet conversa en torno a su vino creado con Viñedos Azteca, en Querétaro, y su visión de la vitivinicultura en México

RUBÉN HERNÁNDEZ


El catalán José Antonio Llaquet ha sido una de las figuras protagónicas en la evolución y fortalecimiento que la industria mexicana del vino emprendió hace algunos años. Su participación como enólogo en la bodega queretana de Freixenet, junto con su esposa María Baró en el área de Relaciones Públicas, resultó definitiva en el trazo de la identidad y el carácter de la empresa, que paulatinamente cobró una jerarquía, gracias su profesionalismo y el interés por alcanzar los mejores resultados.

Aunque de vuelta ya en su país natal, Llaquet mantiene su profundo apego a México, buscando siempre, como él mismo cuenta, una razón para estar constantemente de vuelta. Ésta surgió precisamente a partir del proyecto PRETEXTO, que inició de un modo informal y entre amigos

“No fue en un principio pensado para ser un negocio, sino que se hizo para consumo personal, se hizo con todo el amor de los iniciadores porque tenía que ser el mejor vino posible. Connie y Jorge Ferreira insistieron mucho tiempo en que los apoyáramos en la creación de su vino. Cuando llego el momento de despedirnos de México para regresarnos a nuestro país, pensamos que era una manera de dejar una ligadura con México que tanto nos había dado. En una noche muy especial en el pueblo de Bernal, declarada Pueblo Mágico, nació PRETEXTO.

“La intención fue hacer un vino complejo que, como enólogo, me permitiera hacer todo lo que las Denominaciones de Origen no nos permiten. Por tanto me di el lujo de trabajar con diferentes variedades (Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Malbec, Syrah y Tempranillo), mezclar en la crianza diferentes maderas de roble (americano, francés y húngaro) y por ultimo mezclar diferentes añadas, además de hacer una elaboración especial para poder extraer toda la fruta posible a las diferentes uvas”, comenta el también presidente de los enólogos de Cataluña.

CON ESPÍRITU MEXICANO

Resalta Llaquet que siempre ha defendido para México vinos afrutados, sedosos y fáciles de tomar, con unos taninos bien domados que a su paso por nuestro paladar nos dejen una sensación aterciopelada, sobretodo por las temperaturas en las que estamos es difícil soportar unos taninos agresivos.

Con respecto a la respuesta que PRETEXTO ha tenido, dice que es un vino que ha gustado y gusta, “desgraciadamente es un poco caro por todo lo que conlleva, como el aclareo y la selección de la uva en la cosecha, la premaceración en frío por más de una semana, la fermentación-maceración a temperatura controlada, las diferentes maderas de roble y la producción limitada hacen que el precio se encarezca”.

Ahora con el tiempo y debido a la respuesta del mercado, platica José Antonio, hemos decidido hacer crecer el proyecto vitivinícola de los Viñedos Azteca, hemos incorporado un socio de “números” para que nos vigile con los gastos, nuestro buen amigo José Espinoza, y yo me he incorporado como socio también para hacerlo crecer.

“Por el momento hemos acondicionado una vinícola para poder crecer controladamente. El objetivo no era hacer una nueva bodega majestuosa y cara, con la crisis en la que estamos inmersos, hemos preferido aprovechar una construcción que teníamos dentro de la hacienda.

“Diseñamos una bodega práctica y cómoda para la elaboración, con materiales propios de la zona, perfectamente orientada aprovechando la climatología del lugar y hemos obtenido una bodega sencilla y limpia, fresca de forma natural y hasta hoy espaciosa para poder crecer”, explica.

En cuanto a los productos, resalta, pienso que en este mundo hay los que crean, los que copian y los que hacen lo que pueden, por ahora nosotros queremos ser de los primeros y aprovecharnos de todo lo que se puede hacer para sacar nuevos productos que esperamos darán mucho que hablar.

“También queremos que el terreno enológico me permitan disfrutar elaborando y creando. La idea es limitar el PRETEXTO a unas 8 mil botellas que es la producción acertada para el tamaño de la bodega, e ir acompañándolo con nuevas líneas de productos hasta llegar a las 60 mil botellas”.

VISIÓN PROPIA

En torno a la más reciente añada, precisa que en general sigue la misma línea de la primera: “quizás destacaría que conseguimos una muy buena maduración en la cosecha del 2007, lo que nos da un vino más completo y fuerte, quizás a mi modo de ver un poco más masculino. Por lo mismo siento que es un vino que le cuesta abrirse y amerita concretamente esta añada 2006/2007 una decantación con un toque de aireación”.

Para mí es mi vino súmmum elaborado en México, expresa Llaquet, donde finalmente pude hacer algo propio, controlando todo el proceso desde el viñedo hasta la botella. Es un vino que creamos con una visión muy determinada y seguimos en el mismo camino, complejidad en nariz y en boca, máxima expresión de aromas de frutas, flores, esencias, especies y bálsamos, en boca sedosidad y carnosidad, que tenga una media permanencia en boca.

Con referencia a la presencia que PRETEXTO pueda tener en países como España, José Antonio aclara que la producción es muy limitada; pero las pocas botellas que han llegado a ese país han sido recibidas con gusto y sorpresa, quizás por lo novedoso de tratarse de un vino mexicano y probarse en un círculo cercano a nosotros.

VINO PARA CELEBRAR

En un momento en que las celebraciones del Centenario y Bicentenario mueve necesariamente a la reflexión sobre los avances históricos, en este caso de la industria del vino, José Antonio expresa: “Siempre he sido un acérrimo defensor de la vitivinicultura mexicana, muestra de ello fue llegar a manejar la presidencia del Comité de Promoción del Vino Mexicano (órgano de la Asociación Nacional de Viticultores). Hoy tenemos en la zona de Querétaro una muy buen oferta vínica de la cual no puedo negar que fui un gran impulsor y estoy muy orgulloso. Este corredor vitivinícola en la zona era impensable en 1997 y hoy es una realidad. Eso me da mucho gusto y lo comparto con mis socios en Viñedos Azteca”.

“Pienso que todavía queda mucho por hacer y mucho camino por recorrer, y que es una equivocación hablar de competencia entre la industria vinícola mexicana, nos falta uva y entre todos los elaboradores tenemos que potenciar la plantación de viñedo mexicano, ya que el mercado sigue creciendo”, indica.

Lo que me gustaría comentar, agrega, es que hace un par de años se nos atravesó una oportunidad de comprar unos viejos viñedos en la zona del Rousillon, en el sur de Francia, que cuando los vimos y nos dijeron que iban a ser arrancados se nos rompió el corazón y se nos agujereo el bolsillo: no tuvimos más remedio que comprar.

“La cosecha pasada fue la primera y nuestra intención es hacer un vino mezcla del vino elaborado en Francia con el vino elaborado en México, para celebrar el Bicentenario y el Centenario”, resalta Llaquet.

viernes, 21 de mayo de 2010

Priorat, una denominación de peso

De todas las denominaciones de origen españolas, quizás la más singular sea el Priorat. La razón de tal afirmación, subjetiva por supuesto, no cuestiona ni compara calidad ni fama de sus vinos a opinión del que suscribe excepcional y ampliamente merecida, si no que intenta definir de algún modo un conjunto de circunstancias geológicas, climáticas e históricas que hacen que esta denominación de origen catalana sea, cuando menos, especial.

Geológicamente, es posiblemente la única que pueda presumir de tener una uniformidad de suelos, prácticamente se puede afirmar que su delimitación geográfica responde a tal argumento. Están compuestos prácticamente en su totalidad por rocas pizarrosas, que se convierten en su principal distintivo, las llamadas “licorellas”.

Dispuestas en una orografía agreste que recibe al viajero por desfiladeros y empinadas laderas que imposibilitan cualquier otro cultivo que no sean viñedos, olivos o almendros, aferrados en cinceladas e imposibles terrazas, la mayoría de ellas ya abandonados dada la dificultad de su laboreo, pero que deleitan su visión y evocan esas épocas pasadas en que hombres y cultivos luchaban unidos contra la inclemencia de los elementos y la escasa fertilidad de la roca, para extraer un néctar que, en forma de vino o aceite, no han encontrado el reconocimiento internacional hasta finales del siglo XX, para muchos de ellos, desgraciadamente demasiado tarde.

Paralelamente a la admiración de tan hermoso y melancólico paisaje, con la simple observación de los números que arroja la estadística, el lector puede hacerse una clara idea de por que razón el autor cataloga dicha denominación de origen como singular; su extensión geográfica, abarca nueve municipios completos y algunas docenas de parcelas situadas en la parte norte de Falset.

En el año 2008 contaba con 1.767,08 hectáreas de viñedo que sustentaban las raíces de 5.026.949 cepas, buen numero de ellas centenarias, cuyas reinas indiscutibles son la garnacha con 1.980.645 vides y la cariñena con 1.029.082. La totalidad de estos viñedos produjeron 4.795.721 kg de uva, un promedio de 954 gramos de uva por cepa, que fueron recolectados por 567 pequeños viticultores y elaborados por 84 bodegas.

Muy distinto fue el panorama que encontraron los redescubridores del Priorat a su llegada a esos parajes en la década de los 80, aún siendo famosos y ampliamente conocidos por su potencia y extracción, los vinos aquí producidos eran más utilizados para dar vigor, color y grado alcohólico a caldos de otras zonas, que embotellados para el deleite de los amantes del buen vino.

Los métodos de vinificación, tampoco ayudaban mucho, pues se carecían de medios tecnológicos suficientes para obtener la finura y elegancia que actualmente los caracteriza, pues en esas épocas se primaba la cantidad más que la calidad y en los descritos suelos tal fin era poco menos que imposible, empujando a los viticultores a la ruina y abandono de sus, ahora, preciados viñedos.

Fue a finales de los 70 cuando René Barbier, descendiente de una reconocida familia de viticultores y bodegueros adquirió una pequeña parcela en Gratallops, y, junto con algunos amigos Carlos Pastrana, José Luis Pérez y Dafne Glorian, a los que posteriormente se unió Álvaro Palacios, iniciaron una aventura con más tintes bohemios que mercantiles.

Sus sistemas de elaboración fueron más parecidos a los borgoñones que a los tradicionales de la época, trabajando con ahínco la expresión del terruño y las variedades, de tal modo que los resultados aparecieron de un modo tan exitoso como inesperado; empezando por la buena acogida por parte de la critica norteamericana y que encontró, quizás, su punto culminante cuando en una subasta en la sala Christie’s de Nueva York, se subasto en enero de 1999 una botella de la Ermita de Álvaro palacios por 68.000 pesetas de la época, cuando el litro de vino apenas se pagaba a 100.

Siguieron sus caminos paralelos poniendo en el mercado los primeros grandes vinos del Priorat, Clos de l’Obac de Carlos Pastrana, Clos Mogador de René Barbier, Clos Erasmus de Dafne Glorian, Clos Martinet y Cims de Porrera de Jose Luis Perez y finalmente el quizás mas conocido de todos ellos la Ermita de Alvaro Palacios.

Todos ellos han logrado grandes triunfos y amplio reconocimiento, Clos Mogador ha sido el primero en obtener la calificación de vino de Finca, Clos Erasmus estar entre los primeros cinco vinos españoles en obtrener 100 puntos sobre 100 por Parker, Jose Luís Perez, logró aunque no sea un reconocimiento personal cuantificable, que el precio de la uva de calidad del Priorato se pagara hasta 10 veces más, con lo que queda en su haber que muchos de los viñedos condenados al olvido por baja productividad en la zona de Porrera, estén en estos momentos produciendo vinos que adornan las vinotecas más exigentes del mundo, y quizás, parte del merito que representa que se haya doblado la producción de uva en los últimos ocho años lleve su apellido.

Es sin duda La Ermita de Álvaro Palacios, el más joven de los cinco, el que se ha convertido, por meritos propios, en el icono del nuevo Priorat, vino tinto de excepcional calidad, proveniente de la viña del mismo nombre en la pequeña y casi olvidada hasta esta década Gratallops.

Uno de los puntales de su singularidad es la longevidad y complejidad que alcanzan las garnachas que la componen, obtenidas de las poco menos de 3 hectáreas de un terruño pobre y estéril de licorellas, fuerte pendiente y cepas viejísimas que garantizan bajísimos rendimientos y excepcional extracción.

La traducción en la copa, es, después de madurado en barricas nuevas de Roble, un vino, complejo, elegante, largo y expresivo, que cosecha calificaciones superiores a 95 puntos sobre 100 en todas las guías y críticas, y del que no es fácil conseguir una de las escasas 3.000 botellas que se elaboran anualmente.

Sin embargo, es posible encontrar en el mercado mexicano, grandes vinos a precios muy razonables dadas las circunstancias de dificultad en la obtención de materia prima.

Un servidor destacaría entre ellos, Solanes, elaborado por Adrià Perez, que combina la expresión y el poderío del priorat con el toque característico que sabe darle la familia Pérez a sus vinos, finura y elegancia, al igual que Martinet Brú que elabora su hermana Sara.

Ambos vinos hermanos menores de Cims de Porrera y Clos Martinet, respectivamente y herederos del buen hacer de Jose Luis Perez, en opinión del que suscribe uno de los pilares, no sólo del renacimiento del Priorat, sino de la viticultura moderna en España.

martes, 11 de mayo de 2010

Los vinos de España


Josep Baeta
España es sin duda el país vitivinícola por excelencia. No solo produce grandes vinos, de reconocido prestigio internacional, sino que es el país del mundo con más extensión de viñedo. Es también con toda seguridad uno de los países donde la propiedad de los viñedos esté más repartida entre pequeños agricultores y posiblemente donde se puede encontrar la mejor relación precio calidad.

Su variada orografía facilita la existencia de muchas y diversas zonas climáticas y microclimas lo que facilita que se encuentren gran variedad de vinos, repartidos entre más de 70 denominaciones de origen elaborados con más de 100 variedades de uva distintas, habitualmente ensambladas en los más insospechados coupages.

Aunque nos venga a la mente cuando hablamos de vinos españoles, los elaborados con la tempranillo de Rioja y Ribera del Duero (tinta fina), no es esta la más cultivada, este galardón pertenece a la Airén, una variedad blanca vendimiada sobretodo en la Mancha, que mayoritariamente se usa para la destilación y elaboración de Brandy, ni sea, quizás, la más representativa de los vinos españoles, esta distinción posiblemente corresponda a la garnacha.

La garnacha es una cepa muy extendida y popular en la zona mediterránea, especialmente en los denominados territorios de la corona de Aragón, lo que la hace también muy presente en el sur de Francia, llamada allí grenache.

Su triunfo en la colonización de los viñedos españoles, se debe a que es una variedad sufrida que soporta climatologías secas y adversas junto con su productividad y su alto contenido en azucares, lo que la convierte en una buena productora de alcohol. En un país seco donde el vino se pagaba por su grado alcohólico, eran estas unas buenas cartas de presentación. Sin embargo, la garnacha cuenta con un factor que en los últimos tiempos se ha vuelto en su contra, su poca capacidad de producir vinos de alto contenido en materia colorante, que sumado a su poca capacidad de envejecimiento de los vinos y su, otrora gran virtud, la productividad, la estaban apartando de los podios de las nuevas tendencias de los vinos de calidad. ¿Quién había oído hablar de las garnachas tan solo diez años atrás? Cuando el reinado de la cabernet sauvignon parecía indiscutible y su escudera la merlot parecía que quería reivindicarse en el terreno de los vinos amables y afrutados.

Sin embargo, en los últimos años, gracias a la aplicación de los conocimientos en viticultura a los viejos viñedos perdidos en las denominaciones de origen más recónditas y desconocidas, están apareciendo vinos que sorprenden a propios y extraños, a expertos y aficionados de un y otro lado del atlántico.

Aún con su etiqueta de variedad muy productiva y con poco color, la garnacha tiene la facultad de transformarse en una excelente opción cuando se encuentra en circunstancias especialmente difíciles, sea por altitud y contrastes térmicos (caso de campo de Borja), terrenos especialmente difíciles (caso de Priorato, Montsant o Chateauneuf du Pape). En estas circunstancias producen unos caldos difícilmente igualables por su gran expresión de fruta, potencia en boca y largo recorrido, pero sobretodo, sorprenden al enófilo por su amabilidad y su tanino elegante y suave que los hace deliciosos a todos los paladares.

Con ellos se han reivindicado las que llamamos denominaciones de origen emergentes, que no es sinónimo de nuevas, pues muchas de ellas son milenarias. Y nos referimos, como no, a zonas como Priorato, campo de Borja o Montsant. Zonas que pocos años atrás eran desconocidas incluso en España y que hoy cosechan las mejores puntuaciones de los más conocidos gurús internacionales como Robert Parker, que ha llegado a otorgar 100 puntos sobre 100 a un vino con base en Garnacha, como el clos Erasmus del Priorato, el Espectacle del Montsant exclusivamente de garnacha con 99 puntos, compartiendo puntuación con vinos tan afamados como Vega Sicilia o Pingus de Ribera del Duero, y 96 para Aquilón, primo hermano de Borsao tres picos de Campo de Borja.

Pero los más sorprendente de estas denominaciones de origen emergentes es sin duda su relación precio calidad, especialmente cuando hablamos de campo de Borja y Montsant. Dos denominaciones de origen que elaboran el vino con su variedad autóctona tradicional, la garnacha, lo que les da de antemano la ventaja de contar con gran cantidad de viñedos de más de 50 años, y por consiguiente la posibilidad de disponer de muchos kilos de excelente uva para elaborar buenos vinos a precios muy asequibles. Otro factor que contribuye a que los precios de estos buenos caldos no se disparen junto con el éxito, es que suelen provenir de las denominadas cooperativas vitivinícolas. Estas son asociaciones de pequeños propietarios de viñedos que se unen para elaborar vino con sus uvas, cansados que las bodegas tradicionales les pagaran precios paupérrimos por ellas. El resultado es el anteriormente descrito, grandes vinos a precio casi de uva.

De entre ellos, destaca Borsao en Campo de Borja, donde se elaboran vinos de excelente calidad y que llegan a México a precios que van de los 100 a los 500 pesos dependiendo del canal donde se adquieran, y que sorprenden por su gran calidad. Mayoritariamente elaborados con garnacha ya han conquistado los paladares de los exigentes vecinos estadounidenses, y paradójicamente, apenas ahora empiezan a ser reconocidos en el mercado Español, no sería aventurado asegurar que la mayor parte de su producción aún se vende fuera de su mercado natural, España, un país anclado aún por la fama de los Riojas. Sin embargo, su gran disponibilidad de buena uva propicia que se puedan producir a gran escala sin mermar su calidad, por lo que la creciente demanda en España y otros países europeos, no parece pronosticar una subida de precios en los próximos años, por lo que los ciudadanos de a pié nos podremos permitir algunos años más el placer de disfrutar de tan fantásticos caldos.

Sin duda, su producto estrella es Tres Picos, sin embargo llegará en breve al mercado Mexicano un nuevo producto con más carácter de vino del nuevo mundo que de su zona originaria, el llamado Bole, se prevé que va a ser una auténtica bomba, tanto por su precio como por sus cualidades, su primera producción sorprendió incluso a sus propios creadores al agotarse en pocos meses.

Por contrapartida, uno de los mejores vinos que elaboran, con mejor relación precio calidad según la opinión del que suscribe, el Borsao Crianza Selección, es posible que deje de producirse y ceda su espacio a otro producto más al gusto de los mercados anglosajones, que por el momento, son los mayores consumidores de estos excelentes caldos. Vale la pena disfrutarlo mientras aún quede alguna botella en México.

Otra bodega a destacar entre los vinos emergentes en el mercado español, es Perlat, de la denominación de origen Montsant. Un excelente monovarietal de Garnacha de gran expresividad aromática y como no, de una sorprendente amabilidad en boca, que combinada con su potencia gustativa va a ser la gran revelación del vino en México, donde llegará en los próximos meses. Ya está siendo en España la revelación del 2010, como el más representado en las cartas de los restaurantes y de los más demandados en vinotecas y tiendas departamentales. La razón es que, como en el caso de Borsao, su precio es muy popular y asequible, y ha sabido darse a conocer en los mercados más entendidos y conocedores, a saber, Barcelona y Madrid en España, Bélgica, Holanda y Alemania en Europa, Japón en Asia, Estados unidos y ahora México en America.

martes, 4 de mayo de 2010

Al encuentro de sidras Premium

Alberto Fuentegris

Expresión del oficio artesanal en la elaboración de sidra, la casa poblana Copa de Oro ha sido nominada para recibir el premio anual de la Fundación de la Sidra, otorgado por asociaciones de productores de esta bebida, en Asturias, España.

En exclusiva para lectores de Barrio, la empresa fundada en 1936 presenta sus sidras premium Reservas Especiales tipo champagne Renetta y 25 Aniversario, con un añejamiento de tres años.
En 1908 en San Andrés Calpan, Puebla una población a 30 kilómetros de la capital del estado, Ramón Blanca Amador inicia una actividad industrial con la fabricación de aguardiente y posteriormente la de refrescos de la marca Actiopa. Pero es precisamente hasta 1936 cuando se inicia una nueva industria al fabricar la sidra Copa de Oro, bajo la razón social "Ramón Blanca Amador" siendo su primera producción en temporada navideña de tan sólo 50 cajas de 12 botellas.

A partir de 1959 y hasta 1988, Juan Blanca Espinosa dirigió la empresa, ya bajo la denominación Bodegas Copa de Oro, logrando un mayor crecimiento y la elaboración de nuevos productos.

Bodegas Copa de Oro está reconocida como la planta más moderna de Latinoamérica. Cuenta con una capacidad instalada de molienda para procesar hasta 120 toneladas de manzana por día, así como para almacenar 3 millones de litros de sidra.

Responde correctamente la siguiente trivia y gana una de las 15 invitaciones dobles para asistir a la cata que se realizará el próximo 12 de mayo, a las 19:00 horas, en el restaurante Tinto Bistró, ubicado en Homero 428, col. Polanco. Tel. 5255 3668 y 5250 6275. Cuenta con valet parking.

¿Con qué ingrediente se fabrica la sidra?

¿En qué año se fundó la empresa Copa de Oro?

Envía tus respuestas a barrioblogs@gmail.com

Indica en el correo tu nombre y el de tu acompañante, así como dirección, ocupación y teléfono para poder contactarte

viernes, 30 de abril de 2010

Difunden la nueva era del vino francés

Dentro de la nueva oleada del vino francés en México, proyectado hacia el reforzamiento de los mercados y la conquista de nuevos segmentos de consumidores, la joven empresa Francia Millesima ha realizado una intensa labor de promoción, sustentando su esquema en grandes vinos de las denominaciones emblemáticas, pero con un lenguaje dispuesto a abrir un panorama más amplio sobre el tema, tanto a los consumidores finales, como a los responsables de comercializar estos productos en los diferentes foros.

“Originarios de Burdeos, capital mundial del vino, deseamos desarrollar y favorecer el consumo de vinos franceses en México y compartir nuestro patrimonio y nuestra cultura del vino con los mexicanos. Nuestra finalidad es promover la imagen de los vinos franceses, así como dar a conocer los valores y beneficios del vino en este mercado prometedor donde el consumo se encuentra iniciando su crecimiento”, expresa Grégori Rauzy, protagonista de este proyecto comercial junto con Grégory Mercier-Micheletti.

Trabajamos directamente con numerosos castillos y productores, agrega, en particular de la región de Burdeos; pero también de otras regiones con reconocimiento internacional como Borgoña, Champagne, Alsacia y Provence, entre otras, así como con distintos negociantes.

La intención, refiere Rauzy, es definir todo un marco de formación e información con relación a las distintas bodegas y regiones, favoreciendo el intercambio de ideas a través de catas y reuniones.

“Iniciar y descubrir los vinos de un castillo, de una tierra, de un tipo de uva son valores esenciales para apreciar un vino y conocer sus características particulares. Para ello contamos con distintas fórmulas, como sesiones que van de una hora hasta mediodía, con el fin de dar una apreciación de las especificaciones de vinos franceses, sorprender al consumidor y familiarizarlo con el mundo del vino.

“Estas degustaciones pueden llevarse a cabo en lugares como un domicilio particular, con motivo de un aniversario o un evento especial; o directamente en tiendas y puntos gastronómicos como restaurantes, bares u hoteles”, puntualiza Rauzy.

En Francia competencia

En el marco del reciente encuentro “Todo Bordeaux en el mismo salón”, realizado en su segunda edición en el Hotel Sheraton María Isabel, Rauzy comenta que los vinos de esa región, en relación con los del resto de Francia, son de los más conocidos en México.

“A veces, sin embargo, es difícil encontrar un buen vino de Burdeos a buen precio. Hay mucha gente que piensa que un vino de Burdeos barato es malo y que para ser bueno tiene que ser caro. Eso es totalmente falso: puedes encontrar vinos de Burdeos a precios muy accesibles. Lo que ocurre es que muchas veces los vinos de Francia, frente a los vinos de Chile o Argentina, no tienen tanta promoción. Por ello el propósito, uno de nuestros principales objetivos, es hacer una difusión de los vinos de Francia en general, para aumentar el consumo.

“El consumo ha aumentado cada vez más entre los mexicanos, les gusta cada vez más consumir vino. En Francia, España e Italia, por ejemplo, tenemos una cultura del vino. Aquí se trata de algo nuevo, pero existe una gran inquietud de la gente por conocer cada vez más”, destaca.

Grégori indica que Burdeos es reconocido por sus vinos de alta jerarquía, como los Grand Cru; sin embargo es importante que se conozcan vinos más modernos, ya que en ocasiones sólo llegan etiquetas de vinos muy tradicionales.

Precisa que los vinos franceses en su mayoría son mezclas, son ensamblajes de dos, tres, hasta cinco tipos de uva diferentes, como Merlot, Cabernet, Cabernet Sauvingnon, entre otras.

“Cada tipo de uva tiene características propias que se complementan entre sí, ya que cada una tiene diferente suelo, clima y terruño; por eso son vinos reconocidos por su calidad a nivel mundial, además de que tienen mucha tradición, también en el vino hay historia, ya sea la historia de un castillo o del mismo terruño”.

lunes, 26 de abril de 2010

Un brindis por Cataluña

Rubén Hernández

VILAFRANCA DEL PENEDÉS, España.- A la par de otras Denominaciones de Origen (DO) españolas, las 11 comprendidas en la región de Cataluña han emprendido un esfuerzo por abrir y cimentar mercados en territorio mexicano. Añadamos que si bien su avance ha sido más pausado que, por ejemplo, Rioja o Ribera del Duero, los catalanes han emprendido importantes labores. Muestra de ello es el Día del Vino Catalán, realizado anualmente en la Ciudad de México. Este año va por su cuarta edición, anticipando seguir con el índice progresivo en asistencia de ponentes y visitantes.

De igual modo destacan los convenios de cooperación entre la Asociación Mexicana de Sommeliers, el Instituto Catalán de la Viña y el Vino (INCAVI), dependiente del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, y la Asociación de Sommeliers de Barcelona, sin olvidar desde luego la participación de las diversas bodegas catalanas. Desde hace dos años, los ganadores del Concurso Nacional de Sommeliers y del Joven Sommelier Mexicano tienen como premio un viaje a Cataluña para visitar algunas de las bodegas más representativas de las distintas DO de la región y adentrarse en las particularidades de los terruños poseedores de impresionantes cepas autóctonas. Sommeliers como Sergio César Ibarra, ahora al tanto de la cava del Thai Gardens, y Claudia Juárez Treviño, de Casa Madero, han sido merecedores de este estímulo.

Universo propio

Con 11 denominaciones de origen (D.O.) y una diversidad de suelos y microclimas donde los sistemas de cultivo por terrazas predominó durante siglos, la industria vinícola catalana es un mosaico de expresiones donde a la par de los grandes consorcios como Freixenet, Torres y Codorniu, trabajan afanosamente una serie de pequeñas y medianas bodegas, varias de ellas con presencia en México, que producen vinos con identidad propia. Los contrastes de historias y procesos no dejan de ser significativos, como el caso de Parxet, bodega situada en la D.O. de Alella, donde la producción está enmarcada por un perímetro urbanístico en el que, como dice Mont Valera, directora de Exportaciones, “conviene más sembrar residencias que vides”.

En un sentido casi opuesto están los vinos del Priorat, donde casas como Pinord, en un contexto más rural, desarrollan cultivos biodinámicos de las vides, haciendo incluso de los ciclos lunares un factor esencial en la labranza, a la manera de las culturas antiguas. “Es algo más allá de la ecología, es adentrarse en los secretos de la naturaleza y buscar la armonía con la tierra. Hay que mantener y ayudar a la naturaleza”, dice Joseph Ma. Feitas, directivo de la bodega.

Cataluña comprende asimismo la D.O. genérica de Cava, siendo productor del 98% del total que se produce en España de esta bebida. Sin embargo la pasión vinícola va más allá del espumoso, y de un lado a otro de las D.O. rebulle el interés por la búsqueda y la experimentación con uvas locales, como la Samsó y la Trepat, en tintos; así como la Xarel-lo y la Picapoll, en blancos. Delfí Sanahuja, enólogo de Castillo de Perelada, en Empordá, es ejemplo de esta generación de renovadores; al igual que Joan Soler, de Masies d’ Avinyó, en la de D.O. de Plan de Bages, quien después de acontecimientos históricos como la filoxera, y más recientemente la crisis textil, piensa que “hay que dejarse llevar por la sabiduría de la tierra y confiar en la respuesta que las distintas variedades de uvas van dándonos”.

Hasta el corazón

La vinicultura no es sólo una labor económica para los catalanes, es un enlace con la naturaleza y con los hombres, como indica Xavier Pié, presidente de la D.O. Cataluña. “Hemos aprendido a ser innovadores, modernos y flexibles; pero no perdemos de vista la tradición de nuestros abuelos, y que detrás de una botella no hay sólo una viña, sino personas. De ahí nuestro interés por mejorar los precios de la uva, siempre en la sintonía de obtener mejor producto”.

“La calidad se distingue como una de las preocupaciones actuales de los vinicultores; si tienes una estupenda uva tienes resuelto mucho más del 50% del reto. Pero lo más delicado viene después. Te das cuenta que incluso ya no sólo es cuestión de elegir barrica de roble francés. Tienes que adentrarte incluso en quién hace la barrica, de que bosque proviene la madera, cuándo se hizo. Son detalles que marcan en definitiva el resultado final”, precisa la enóloga Isabel Marza, de Castell del Remei y Cérvoles, en Costers del Segre.

“El vino de Cataluña no va solo”, resalta Antoni Casablancas, director general de Clos-Montblanc, en Conca de Barberá, una D.O. de clima severo y contrastante. “Queda claro que metemos el paisaje en cada botella de vino. No sólo vendemos vino, ponemos el espíritu de una bodega. Eso es lo que proyectamos internacionalmente”.

Por su parte Marcel Gabarró i Casanovas, del INCAVI, advierte: “Trabajamos muy duro a favor de nuestros vinos. Es un camino en el que hay mucho que hacer para abrir mercados y creo que en ese sentido podemos hacer mucho con México en una relación de ida y vuelta, donde ambos obtengamos buenos resultados. Es lamentable que por razones culturales España sea un mercado difícil para los catalanes”.

Factores como éste han determinado como Piñol, en la D.O. Tarragona, hayan expandido increíblemente su mercado a ultramar, teniendo prácticamente el 90% de su mercado en países como Finlandia, Hong Kong, EU, Japón y Alemania.

“Han pasado los tiempos de las bodegas donde se despachaba vino a granel. Nosotros mismos somos ejemplo de una empresa familiar que ha tenido que modernizarse y adquirir tecnología. En nuestro inmueble aún pueden distinguirse las huellas de los pequeños negocios que existía hace una veintena de años”, dice Josefina Piñol, cuyo L’Avi Arrufí 2005 Tinto goza de 91 puntos en la Guía Peñín.

El interés por redimensionar la actividad toma diversos frentes. Terra Alta, una D.O. surgida a inicios de los 80, trabaja no sólo en la optimización de sus vinos, sino también en consolidar su concepto de ecoturismo, a través del establecimiento de un museo del vino y la definición de La Ruta del Vino, que quedará cimentada en 2009, como advierte Jaime Martí, secretario del Consejo Regulador.

“Hay una inmensa tradición, pero no podemos pasar por alto la necesidad de estar actualizados. Empresas como Freixenet y Torres cuentan con sus propios centros de investigación; pero hay otras bodegas que no pueden hacerlo. De ahí la importancia del INCAVI en la difusión de tecnología, la investigación y el desarrollo de acciones estratégicas que permitan la sustentabilidad y nos lleven, como lo esperamos, a una verdadera definición de una viticultura ecológica”, precisa Gabarró i Casanovas.

Vinos con historia
Aspectos relevantes en torno al surgimiento y el desarrollo de la vitivinicultura en Cataluña

· El vino forma parte de la cultura, la tradición y el paisaje de Cataluña desde hace más de 2 mil 300 años.

· La vid llegó por el Mediterráneo de la mano de las civilizaciones griega y romana a través de Empúries y Tarraco. El vino catalán alcanzó una gran notoriedad durante la época del Imperio Romano y su producción llegó a ser muy apreciada.

· Desde entonces, las cepas, las viñas, las bodegas y el vino han configurado el entorno, convirtiéndose en protagonistas de nuevas formas de comercio, desarrollo cultural y cohesión social.

· Los siglos XII y XIII fueron testimonio del resurgir de la viticultura y la enología gracias a monasterios como el benedictino de Sant Pere de Rodes, los cistercienses de Poblet y Santes Creus y el cartujano de Escala Dei, que contribuyeron a la aclimatación de algunas variedades de cepas, que actualmente son la madre de grandes vinos, y al desarrollo de una cultura que no ha cesado de prosperar.

· En los siglos XVIII y XIX el cultivo de la viña se convierte en uno de los principales motores de la economía del país, con una fuerte demanda de los vinos y aguardientes catalanes en América y el resto de Europa.

· Tras el desastre que significó la plaga de la filoxera, Cataluña experimentó un nuevo despertar vitivinícola durante el primer tercio del siglo XX a través del cooperativismo agrario.

· Los arquitectos modernistas construyeron la imagen monumental que necesitaban las bodegas cooperativas, denominadas “catedrales del vino”, para simbolizar el renacimiento de la agricultura.

· En la actualidad, la viticultura catalana se encuentra en el mejor momento de su historia, con un poderoso sector vitivinícola, líder en la producción de vinos de calidad en todo el Estado español, cuya experiencia, maestría y buen hacer sitúan a los vinos catalanes entre los mejores del mundo.

Una forma de vida
· El vino y el cava representan el tercer sector más importante de la industria agroalimentaria catalana, con unas ventas netas que superan los 1.100 millones de euros anuales. Por lo que se refiere al comercio exterior, Cataluña exporta por valor de 450 millones de euros, fundamentalmente a los países del resto de Europa, Estados Unidos y Japón.

· El sector del vino en Cataluña tiene una estructura muy sólida y competitiva, con 17 mil 221 viticultores, 545 bodegas embotelladoras, y para el que trabajan un conjunto de más de 22 mil personas, ya sea en los viñedos, las bodegas o en el sector servicios.

· Es preciso destacar el incremento de la superficie de viñedos inscrita en las denominaciones de origen, que responde al incremento de la calidad de la uva producida en estas zonas. La superficie inscrita es de 77 mil 257 ha.

· La producción de vino calificado es de 1,450,179 hl. En este sentido, también se debe tener en cuenta la producción de 1,609,020 hl. de vino para cava, por lo que la producción total de vino calificado en Cataluña es de más de 3 millones de hl.

Fuente: INCAVI

viernes, 16 de abril de 2010

Siguen subidos en la nave del éxito

En 2009 Cvne, la bodega emblema de vanguardia en La Rioja, cumplió 130 años de historia, con un legado que incluye un edificio diseñado por Gustave Eiffel

ALBERTO FUENTEGRIS


Cvne es sin duda uno de los emblemas de los vinos riojanos: manifiesto de carácter y oficio, así como presencia definitiva en la evolución de una Denominación de Origen Calificada (DOC) que ha sabido incorporarse a las formas de la modernidad.

Fundada en 1879, la Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE) se ha distinguido, como advierte el crítico español Fernando Point, “como una de las pocas casas riojanas que nunca han traicionado el culto a la buena materia prima, ni la gracia inicial de sus caldos con crianza insensatas”.

Víctor Urrutia, delegado consejero de la empresa pilar del movimiento vinícola en La Rioja, destaca la importancia de mantenerse como una bodega de tradición, pero muy atenta a incorporar procesos que exalten aún más sus signos distintivos.

El proceso de elaboración del vino se sigue cuidando con la misma dedicación con que se hacía en los primeros años de vida de la compañía fundada por los hermanos Raimundo y Eusebio Real de Asúa. Se cuida desde el principio, desde que la uva está en la cepa hasta que el vino descansa ya en botella.

ESTRATEGAS DEL VINO
Cvne mantiene su emplazamiento original en el Barrio de la Estación de Haro, cuna de las bodegas de Rioja Alta, tierra conocida por elaborar vinos finos y elegantes; así como con un contenido alcohólico moderado.

Urrutia destaca que en la actualidad Cvne cultiva la mitad de la uva necesaria para su producción, mientras que el resto se adquiere de agricultores de La Rioja. De los viñedos de Rioja Alta surge la gama Imperial, que desde su primera aparición en los años 20 son el buque insignia.

También se elabora en esta bodega la línea de vinos fundadores: el Cune Clarete, hoy definido como el Crianza, así como el Cune Reserva; además de los emblemáticos blanco y rosado. Además es cuna del Monopole, blanco seco; y del blanco semidulce Corona.

En la zona de Villalba, Cvne posee viñedos con mas de 40 años de los que se obtiene la uva para la elaboración del Real de Asúa, que surgió nació en 1994 como homenaje a los fundadores de la compañía y que se elabora prácticamente de forma artesanal.

MUCHO CORAZÓN Y MÁS CEREBRO
Precisamente fue una de las primeras bodegas riojanas que incursionó en el embotellado. “En 1900 ya tenía una capacidad de envejecimiento extraordinaria: 80 mil botellas, algo poco habitual en una época en la que lo normal era despachar el vino lo antes posible. Actualmente el embotellado es un proceso que seguimos privilegiando”, advierte Urrutia.

Los descendientes de los fundadores trabajan activamente en esta empresa que ya llega a su quinta generación, manteniendo, como dice el especialista, la filosofía de investigar nuevas posibilidades en la crianza del vino y buscar la modernización en los procesos de producción y elaboración.

“En una de nuestras bodegas, Contino, incluso hemos incursionado en el rescate de la variedad de uva Graciano, que actualmente empleamos de un 10 a un 15% en todos los vinos criados en esta bodega. Siempre hemos visto un poco más allá de lo inmediato. En el siglo XIX recurrimos al pasteurizador Malvosin, el primero en España, y que nos situó a la vanguardia de las tendencias enológicas de la época.

“En la década de los 40, en el siglo pasado, volvimos a situarnos a la vanguardia con la primera gran nave de vinificación de cemento de La Rioja, El Carmen, que después fue copiada en numerosas ocasiones. Más tarde, en los 80, inauguramos El Pilar, la primera nave de tamaño medio de vinificación no agresiva en el transporte del mosto. Éste viaja en unos depósitos de acero inoxidable que se elevan mediante una grúa para dejarlo caer a su depósito de fermentación por gravedad, sin que haya que usar bombonas de impulsión ni tuberías. Actualmente es un concepto extendido a muchas bodegas, pero entonces fue una auténtica revolución”, precisa.

Se trata de una técnica que los iniciadores aprendieron del mundo del perfume, la adaptaron al vino e incluso fue copiada por las bodegas francesas.

LA HERENCIA DE EIFFEL
Como parte de esta secuela de innovaciones, en 2004 se inauguró la bodega Viña Real, una pieza maestra del arquitecto francés Philippe Mazieres y dotada con instalaciones de avanzada. Está formada por una gigantesca tina dividida en dos pisos; en el superior se encuentra la nave de vinificación que emplea la tecnología de punta, como puede notarse en su tolva vertical, primera y única en España hasta ahora, así como la espectacular grúa central.

Entre las recuperaciones relevantes en la historia de la bodega está el pabellón que los hermanos Real de Asúa montaron para la elaboración de vino, a finales del siglo XIX. El espacio ha sido remodelado y modernizado en algunos puntos para servir de puerta de entrada para turistas e invitados. La nave fue diseñada por Gustave Eiffel, el mismo responsable de la Torre que lleva su nombre en París, y abraza una caja irregular de hierro donde se ha habilitado una sala de catas, la nueva tienda y un espacio para celebrar exposiciones, poniendo al “descubierto tesoros escondidos y el valor de los elementos que conforman la cultura del vino”, como explica Pedro Sanz, presidente de La Rioja.

“Eiffel tardó 17 años en construirla y fueron los fundadores, que eran unos avanzados, quienes conectaron con él. La nave es de esas cosas de las que te olvidas y, de repente, dices, ¿pero cómo es posible que tengamos esto aquí y no lo enseñemos?”, comenta Urrutia.

Lo más relevante es el techo de la nave, de gran altura y que contiene una serie de cerchas que soportan toda la estructura del edificio sin necesidad de usar columnas, lo que supuso una revolución del espacio.

Urrutia apunta que la bodega es testigo de tres siglos de historia de La Rioja, pero que nunca había sido presentada en su conjunto. La recuperación se engloba dentro del proyecto “Aldea del Vino” que pretende crear un espacio dinámico para desarrollar actividades en torno al producto y mostrar al público el pasado y el presente de una bodega.

“La idea esencial es facilitar a los turistas la visita y poder combinar la producción con la apuesta por el ecoturismo. Son varios edificios, alrededor de un pequeño jardín, las naves históricas de las bodegas, que recogen la naturaleza y el sentido de fiesta pagana que tiene el vino”, precisa Urrutia.

miércoles, 14 de abril de 2010

Las mujeres ya no son como antes

María Martínez Sierra, enóloga de bodegas Montecillo, en Rioja, y pieza estratégica en la jerarquía que la Casa Osborne mantiene en el panorama del vino español, forma parte de una generación de mujeres que aprendieron a luchar e imponerse en un mundo machista.

ALBERTO FUENTEGRIS


“Yo no sé como sea en México, pero en España las mujeres han perdido ese ímpetu, no luchan. Quieren una vida fácil y un marido que les resuelva la vida. También es algo que tienen los hombres, nada más que les resulta un poco más difícil que se consigan una mujer que los mantenga, aunque sucede”, comentaba con humor en una de sus recientes visitas a México.

“Soy la reina de Osborne”, exclamaba con pleno desenfado. El título honorario no le queda grande, y se lo ha ganado a pulso, desde 1975, cuando ingresó a las filas de la empresa famosa por sus brandies de Jerez, pero que cuenta también con estas bodegas establecidas en 1874. Bajo las directrices de María, “riojana de pura cepa”, Montecillo ha brindado a los Osborne las satisfacciones que tal vez los brandies no ofrecen tan de continuo, a pesar de su estupenda factura. Los blancos y tintos de Montecillo mantienen una jerarquía en España, además de su papel preponderante en mercados como el de Canadá, Estados Unidos y el norte de Europa.

“México ha evolucionado increíblemente en su cultura del vino, con relación a mi primera visita, hace poco más de 10 años. La gente está más enterada y pregunta más en cuanto a detalles en los procesos. La primera vez que vine y di una conferencia, tuve que ser muy específica en que hablaría en torno al vino, producto de la uva, ya que incluso me encontré con que la gente entendía por vino a cualquier tipo de bebida alcohólica, a excepción de la cerveza”.
ACABAR CON LOS ADVENEDIZOS

Rioja fue la primera región en España designada como Denominación de Origen Calificada, la calificación más alta en la regulación hispana del vino. La preferencia en México por los vinos riojanos se remonta a ya varias generaciones y los productores de aquella región lo saben, haciendo de nuestro país uno de sus espacios estratégicos de promoción y venta.

“Sin embargo la calidad es la que tiene que imponerse, porque son precisamente los vinos de mala factura los que hacen mucho daño, tanto a los consumidores, como a la industria misma. Ahora mismo vivimos una crisis que está dejando fuera a los advenedizos, a las malas bodegas.

“La moralla se está haciendo a un lado. Podemos decir que en el término de los últimos años, la cantidad de productores ha crecido enormemente, pero no así en el caso de los que hacen excelentes vinos. Es la base de la pirámide la que únicamente se ha ensanchado. Es lo puedo asegurar sin duda alguna. Hay más vinos sin defectos, pero no necesariamente son vinos buenos”, comentaba la especialista.
ORGULLO RIOJANO

En el caso de Rioja hablamos de la zona vinícola por excelencia de España, decía Martínez Sierra. Obviamente la importancia que reviste en el mercado ha provocado que se propaguen leyendas negras. Lo que puedo decir es que es una región que se ha profesionalizado al máximo en función también de la incorporación de la tecnología; esto ha dado por resultado un mayor control de la producción.

“Siempre se habla de la importancia de la relación precio-calidad, continúa. En el caso de Montecillo, la calidad siempre está por encima del precio. Además de que tengo la certeza de que no tenemos un vino malo, o un año mejor que otro. La razón es muy simple: si la Tempranillo o la Viura, en el caso de tintos o blancos, no brindan las condiciones requeridas, sencillamente no se produce el vino.

“Así de sencillo. No estamos para experimentar o producir vinos mediocres. Anteriormente contábamos con viñedos, pero convencí a los Osborne que dejáramos de producir uva. Ahora todo lo compramos, y precisamente por esa razón no estamos obligados a producir vino de forma obligada”, dijo.
A BRAZO PARTIDO

Insiste que la crisis económica, la más fuerte que ha vivido España en la era reciente, ha servido para poner el claro la fortaleza de las empresas. En el caso de Osborne, “empresa netamente española”, se hicieron inversiones por más de 6 millones de euros en modernización y la construcción de una nueva nave acorde con las necesidades actuales.

Apunta que del mismo modo han sido pionero en la cuestión ecológica, implantando el reciclaje de agua en 1993, cuando aún no se hablaba tanto de los aspectos ambientales.

“Siempre hay una doble moral. Muchos hablan del tema, pero pocos lo llevan realmente a la práctica. Ha sido una inversión muy fuerte y hay que responder a la confianza, pero tenemos claro que sólo la actualización puntual y la confianza en la calidad puede mantenernos vigentes. Creo que países como España entendieron hace algunos años el valor de la calidad, desgraciadamente los productores del Nuevo Mundo, con sus chips y la tecnología en función de una mayor ganancia económica, obligaron a muchos a entrar al juego del vino barato y redituable, con tal de no quedar fuera de los mercados.
SALVAR A JEREZ

Frutalidad y los acentos de las barricas de roble francés fabricadas por la propia bodega son elementos distintivos de los vinos Montecillo, al decir de la propia María, quien destaca además las virtudes de sus productos para el tiempo de guarda.

“Además me enorgullezco de decir que su carácter y su cuerpo son sensacionales con la comida mexicana, una cocina que, por otro lado, adoro. Me queda claro que los Montecillo nunca quedarán mal con la comida especiada, con moles y pipianes”, precisa.

La labor estratégica de Martínez Sierra en la proyección de la bodega riojana ha sido punto modular para que desde hace algún tiempo sea también parte estratégica en el proyecto de redimensionamiento del segmento de los brandies de Jerez, que vivió un letargo y agudizó su crisis con el avance de brandies producidos por bodegas de otras regiones, como la casa Torres.

“Es una labor que la familia Osborne me ha confiado y en el que trabajo de cerca con el Consejo Regular de Brandy de Jerez. Hay que trabajar mucho y partirse la cara, pero es algo que siempre he hecho. Es algo que queda claro de mi labor en Rioja. No me gusta faltarle al respeto a la gente, pero tampoco me gusta que me lo falten. Sólo creo en el trabajo y me queda clara la convicción de que quiere que cuando me vaya de la empresa las cosas sean tan buenas y mejores que en el momento que llegue”.

viernes, 26 de marzo de 2010

Hay que formar sommeliers competitivos


En vísperas de la máxima justa de la profesión, que se realizará en Chile del 9 al 16 de abril, Marcos Flores Tlalpan, representante de México en la justa, advierte la necesidad de un trabajo en equipo para formar especialistas que compitan al nivel de los mejores del mundo.

Ganador de ediciones del Concurso Nacional de Sommeliers, obtuvo el derecho de ir al Mundial luego de una competencia muy cerrada con otros excampeones como Juan Carlos Flores y Sergio Ibarra, además del ganador del 2009, Óscar Domínguez.

“Con este triunfo, estoy logrando un objetivo: llegar a la justa mundial y conocer todos los retos, las presiones y las satisfacciones que puede significar competir con los mejores del orbe. También implica, acorde con mi plan, mi retiro de los concursos de esta índole. Estoy llegando a un punto estratégico, he acumulado experiencia y conocimientos. De igual modo es importante que lleguen nuevas generaciones a las que uno pueda apoyar para lograr más avances.

“Ha sido un trabajo de preparación muy intenso, de muchas lecturas y de recapitular distintas experiencias de los viajes. Creo que he sido muy afortunado en ese sentido. La labor como embajador de los vinos del Sud de France me abrió la oportunidad de visitar diversas bodegas; de igual modo sucedió con el recorrido que hice recientemente por las D.O. de Cataluña. Son circunstancias valiosísimas en el desarrollo de los mexicanos, ya que en muchas ocasiones los viajes son escasos y toda la información nos llega por referencias y lecturas”, precisa el egresado de la carrera de Turismo, en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y que además fungiera como sommelier en el hotel Presidente Inter-Continental.

Está convencido de que México está dando pasos muy importantes en el panorama del vino.

“Ante esta realidad, es muy importante que los sommeliers de este país estemos mejor preparados y que unamos esfuerzos en la preparación de quienes nos representen en los certámenes mundiales.

“Tanto el Concurso Panamericano, como el Mundial de Sommeliers, marcan la pauta para que los profesionales mexicanos abran sus expectativas de conocimiento a regiones que tal vez no son populares, pero que finalmente tienen un referente, por mínimo que sea, en el mapamundi vinícola, como Venezuela, Brasil o Suiza, por mencionar algunos casos”, comenta.

“La realización del Mundial en Chile va a nivelar mucho la competencia, ya que las regiones de América también serán importantes como temas, y es algo en lo que deben reparar los concursantes europeos. De cualquier forma nos queda claro que para trascender, tenemos que abrirnos a todas las corrientes, las tendencias y las novedades en uvas y legislaciones.

“Aquí es donde veo la necesidad de sentar nuevos precedentes. En mi caso he sacrificado muchas cosas en busca de mayor preparación. Hasta a mi familia le ha tocado poner mucho de su parte para que yo haya podido trascender en los certámenes. Tampoco quiero poner como el Pípila y hacerme el héroe, pero precisamente por eso siento el compromiso de crear mayores bases de proyección a futuro”, subraya.

Junto con otros sommeliers reconocidos como Georgina Estrada, Mariana Ramírez, Omar Barbosa, Mauricio Jiménez y Óscar Domínguez, entre otros, han conformado una especie de comité interesado en apoyar la formación de futuros concursantes de los certámenes nacionales e internacionales.

“Al hacer una reflexión en el camino, te das cuenta que has recabado mucha información, has logrado diversos accesos y has aprendido más aún sobre lo que significan las relaciones humanas y la sinergia en este tipo de actividades. No quiero retirarme de los concursos sin que haya una retribución para el medio gastronómico. De ahí el interés con otros amigos de que unamos esfuerzos en la proyección de México dentro del panorama vinícola. Estamos creciendo: el nivel que percibimos ahora en los estudiantes habla estupendo de un compromiso de formación que hay que estimular”, resalta Flores Tlalpan.

viernes, 19 de marzo de 2010

Borsao y el imperio de la Garnacha


ALBERTO FUENTEGRIS

Una de las regiones españolas de mayor realce en el panorama vinícola actual es sin duda Campo de Borja, que definida merecidamente como “el imperio de la Garnacha” repunta cada día mayor prestigio, contando con espaldarazos merecidos como el del crítico José Peñín, máxima autoridad en el campo de los vinos de ese país.

Establecida como Denominación de Origen en 1980, Campo de Borja tiene un patrimonio vitícola muy rico en cuanto a la variedad garnacha: los viñedos más antiguos datan de 1145 y de las 5 mil hectáreas de esta uva, más de 2 mil tienen edades comprendidas entre 30 y 50 años. Sus producciones son bajas, pero inmensamente apreciadas enológicamente, por la complejidad estructural y aromática que proporcionan a los vinos.

Agrega que la variedad de suelos y microclimas amplían el universo de caracteres y matices en torno a esta uva. La zona baja, de suelos pardo-calizos, brinda vinos cálidos, potentes y muy aromáticos. La media, con suelos cascajosos y arcillo-ferrosos, ofrece caldos muy complejos, intensos, estructurados y carnosos. La zona alta, en las estribaciones del Moncayo, produce vinos finos, sutiles y elegantes.

Precisamente este último punto, reducto privilegiado de la DO, es hogar de Borsao, una de las bodegas emblemáticas de la región imperial.

Si bien los antecedentes de la ciudad de Borja nos transportan a los inicios del Paleolítico, no es hasta el siglo IV antes de Cristo cuando gracias a las fuentes escritas clásicas y a la numismática podemos conocer el nombre que ostentaba esta población: Bursao. El progresivo paso por Bursao de las civilizaciones romana, hispano-visigoda y musulmana, nos ha legado retazos de su arquitectura y, sobre todo, la inclinación natural de sus gentes a la agricultura y en particular al viñedo.

No menos importante fue la implantación de técnicas artesanas que, aún hoy día, perduran como testimonio vivo de la riqueza cultural de la antigua Bursao, hoy Borja.

El origen de la bodega se remonta a 1958, fecha de fundación de la Cooperativa de Borja, precursora de la marca Borsao. En 2001, Borsao pasó de ser una marca comercial a tener su propia personalidad jurídica con la creación de la sociedad Bodegas Borsao, que integra a las Cooperativas de Borja, Pozuelo y Tabuenca.

Campo de Borja es una D.O. que atesora entre sus vinos auténticas joyas entre las cuales la variedad garnacha alcanza todo su esplendor. Sus vinos tintos monovarietales están gozando de un amplio prestigio en todo el mundo por su muy definida personalidad, calidad y complejidad que los convierten en algo único. En esta D.O. están igualmente autorizadas las variedades Tempranillo, Mazuela, Cabernet, Merlot y Syrah en tintas y Macabeo, Chardonnay y Moscatel, en blancas.

En el caso específico de los tintos, destacan los monovarietales de garnacha, así como los que combinan esta variedad con Tempranillo, Cabernet, Syrah y Merlot. Son vinos que destacan por sus intensos aromas frutales y florales, de paladar carnoso, con carácter sin dejar por ello de mostrar grandes rasgos de modernidad.

En Campo de Borja se ha llevado a cabo en los últimos años una revolución tecnológica y una acertada estructuración del viñedo, unido a la incorporación de enólogos de prestigio internacional.

EXPRESIÓN MAESTRA
Cuatro tintos memorables de Borsao son el Clásico Joven, Joven Crianza, Selección Joven y Reserva Selección.

El Clásico Joven es el producto más internacional de esta bodega. Posee un aspecto muy limpio, con un intenso color guinda y tonos violetas. En nariz se aprecia un profundo aroma a fruta madura con tonos florales. Ya en boca es un vino con cuerpo y un tanino agradable, en perfecta armonía con su acidez, lo que proporciona un caldo rico en matices de frutas rojas con tonos especiados, típicos de la garnacha de calidad. Además posee un retronasal que devuelve las sensaciones olfativas de su juventud, y un postgusto largo y complejo. Su composición es 70% Garnacha, 20% Cabernet Sauvignon y 10% Tempranillo.

Con relación al Joven Crianza, se trata de un vino de color rojo cereza con toques granates y un fondo de rubí elegante y profundo. “En nariz percibimos una gran intensidad en la que se combinan los tonos afrutados y varietales con la vainilla y los taninos suaves del roble. Es intenso en boca, carnoso y bien estructurado, con un postgusto amplio y agradable. Su composición es 60% Garnacha, 20% Tempranillo y 20% Cabernet Sauvignon.

Borsao Joven Selección, buque insignia de la bodega y símbolo de una nueva filosofía: la de la calidad. De aspecto limpio y color rojo guinda con matices violeta. Un vino joven con cuerpo y con los sabores especiados típicos la uva crecida a la sombra del Moncayo. En nariz se aprecia un profundo aroma a fruta madura con tonos florales. Posee además un retronasal que evoca fielmente su juventud y una complejidad en el postgusto difícil de igualar”, precisó sobre este producto 70% Garnacha, 20% Syrah, 10% Tempranillo.

Por su parte el Borsao Reserva Selección, pieza estelar de la gama, es vigoroso, rico en alcohol pero sin anular los olores y sabores afrutados que aportan los suelos de la región. El potencial de nuevas variedades hasta hace poco minoritarias contribuyen a reforzar la longevidad de estos tintos criados en madera, compuesto en este caso de 55% Garnacha, 30% Cabernet Sauvignon y 15% Tempranillo.

lunes, 15 de marzo de 2010

Vinos argentinos con espíritu mexicano


ALBERTO FUENTEGRIS

La presencia de los vinos de Argentina a nivel mundial es incuestionable. Sin embargo dentro de este vasto panorama con el que el país andino ha impuesto un sello de calidad y autenticidad, llama la atención la labor que un grupo de mexicanos han realizado en ese sector, generando lo que han dado en llamar “los vinos argentinos más mexicanos”. Se trata de la bodega Ikal 1150, afincada en la región de Mendoza.

Daniel Silva, directivo de la empresa, comenta que Ikal significa poesía, en maya: “Eso puede dar una idea de la presencia que México puede tener en nuestro concepto. Sin embargo la historia va más allá de este nombre de por sí emblemático, y que puede representar toda la sensibilidad que puede haber a la hora de hacer un vino”.

Silva destaca que en 1999 un grupo de empresarios entró en contacto con una importante compañía de mercadotecnia en Estados Unidos. En 2000, se llegó al acuerdo de construir uno de los hoteles más exclusivos en México, Ikal del Mar, en la Riviera Maya, con 29 villas en medio de una profusa vegetación que les daba un especial acento de privacía. Fue un éxito a nivel internacional, tanto por sus instalaciones, como por sus servicios y originalidad.

Añade que luego de la venta del hotel, los socios decidieron pasar unas vacaciones en Argentina, donde se entusiasmaron con los viñedos de Mendoza. Coincidieron así en adquirir una propiedad y concebir una bodega.

“Todos los socios son mexicanos, excepto en mi caso, que soy argentino. La cifra 1150 que acompaña al nombre en maya son los metros sobre el nivel del mar donde se encuentran los viñedos. Podemos decir que es la única empresa en Argentina con capital mexicano, en esencia. Fue concebida no sólo como una marca, sino como un símbolo de experiencia. Desde un inicio implicó mostrarse como un sinónimo de lujo.

“Pensamos antes que nada en productos Premium, sustentados en una cuidadosa producción que conlleva una alta inversión, tanto en el aspecto intelectual, como en el económico, dando por hecho que la calidad comienza desde el terruño. Nos interesa antes que nada brindar un producto de lujo, tanto en caso del Cabernet Sauvignon, como del Chardonnay y el Malbec”, comenta Silva.

Agrega que en Estados Unidos, uno de sus principales mercados, la marca es conocida sencillamente como 1150 (eleven-fifty). En 2008, los vinos ganaron el Premio de Oro en el Concurso Internacional de la Crítica del Vino, realizada en San Diego, California, y en el que se presentaron mil 700 vinos procedentes de 16 diferentes países.

UNA REGIÓN IDEAL

El empresario precisa que los viñedos Ikal están situados en Tupungato, donde la naturaleza a crear algunos de los mejores vinos de Argentina: “Mendoza se ha posicionado y reconocida como una de las zonas más importantes del Nuevo Mundo para la producción de vinos de alta gama. Las uvas, de un varietal originario de Francia, se desarrollan en un terreno arenoso y rocoso, con mucho sol durante el día y aire fresco seco durante la noche.

“Consideremos que las difíciles condiciones del terruño, así como las variaciones drásticas de las temperaturas, determinan que la fruta madure lentamente, impulsando que los vinos tengan un cuerpo robusto y un sabor vigoroso. Las diferencias térmicas, propias del clima de las zonas altas, determinan la presencia de viñas bien equilibradas y frutos de óptima concentración, derivando en un posterior balance de azúcar, alcohol y acidez”, precisa.

Añade que un beneficio único es la localización privilegiada de la bodega sobre las colinas de los Andes, dentro de un contexto de cumbres coronadas de nieve. Por ser una zona de altura ofrece una mayor permeabilidad: la tierra no retiene la humedad y hay un manejo más controlado del líquido durante el ciclo vegetativo de la vid.

“En las partes altas del valle de Uco, el agua, proveniente del deshielo de glaciares, es de la máxima pureza. Equivale a regar la vid con agua mineral. En este valle se cultivan de manera excelente variedades que son impensables en otras partes de Mendoza, como la Pinot Noir o la Syrah. Se obtienen vinos de calidad superior a los de otras zonas con las mismas variedades. En el caso de nuestra bodega, se han aprovechado estas características para cultivar diversos varietales: Malbec, Chardonnay, Cabernet Sauvignon, Syrah, Sauvignon Blanc y Bonarda”, puntualiza Silva.

SON LOS PROTAGONISTAS

Características de los vinos de Ikal 1150

Cabernet Sauvignon: Es resultado de una selección de racimos recogidos a mano y clasificados, puesta en tanque de fermentación por gravedad, pre-maceración en frío, fermentación mediante levaduras seleccionadas a temperatura controlada, además de maceración post-fermentación. Tiene una crianza de 12 meses en barricas de roble francés.

Posee un color rojo intenso, con aromas de frutas negras, especias y notas minerales equilibradas, con vainilla. Es un vino elegante y concentrado, complejo a la vez que muy estrucuturado.

Malbec 2007: De igual modo su producción implica una selección de racimos recogidos a mano y clasificados, puestos en tanque de fermentación por gravedad, a temperatura controlada. Tiene maceración post-fermentación. Su crianza es de 10 a 12 meses en barricas de roble francés.

Es un vino de color de tinta intenso con las tonalidades violetas. En nariz destaca ciruela, cereza, frutos secos y notas mentoladas. En boca resalta gran concentración y complejidad, con taninos dulces, voluminosos y un final persistente.

Chardonnay: Su vinificación está determinada a partir de una selección de racimos recogidos a mano y clasificados, pre-maceración en frío en breve contacto con la piel de la uva y fermentación mediante levaduras seleccionadas a temperatura controlada. Es añejado en barricas de roble francés entre 8 y 12 meses.

De color dorado intenso con aromas envolventes de frutas tropicales, cítricos y notas minerales. Tiene un buen balance entre vainilla y tostado, denotando complejidad y elegancia. Inicialmente dulce y concentrado en la boca, con un balance y complejidad que fluyen hacia un final persistente y fresco.

jueves, 18 de febrero de 2010

Asista una cata muy especial





Barrio, La Madrileña, Superama y la marca Extra-Special lo invitan a disfrutar de una exclusiva degustación de vinos

Por Alberto Ávila


Frutalidad, carácter y una alta expresividad en aromas y sabores son elementos distintivos de los vinos del llamado Nuevo Mundo, del cual Argentina es un país representativo de primer orden. La frescura y la gama de matices que perfilan sus vinos conquistan en pleno el paladar de diversas latitudes, incluyendo México, donde la complejidad culinaria y los acentos especiados de su cocina entran en estupenda combinación con los vinos de la región sur de América Latina.

Acorde con esta empatía, y con el gusto cotidiano del buen beber y el buen vivir, Superama y la marca Extra-Special han lanzado en exclusiva una línea de vinos que proyectan las virtudes de los viñedos de ese país, con expresiones de la bodega Andesgrapes, de la reconocida zona de Mendoza, en Argentina.

“Nuestros productos son el fruto del trabajo serio y profesional, mejorando año tras año mediante el perfeccionamiento y la evolución const
ante de nuestras técnicas. Provienen de labranzas tradicionales y nutrientes orgánicos naturales. El suelo profundo regado por aguas de deshielo al pie de la cordillera de Los Andes, brinda óptimas condiciones de desarrollo a nuestros vinos”, dice Jonathan Karzovnik, director de Andesgrapes.

Esta bodega mendocina ha creado en exclusiva para Extra-Special, bajo el distintivo Viña de los Andes, los vinos Malbec Reserva 2007, Torrontés 2008 y Cabernet Sauvignon-Syrah 2008.

“Nuestra casa vinícola elabora vinos tradicionales que se pueden resumir en vinos expresivos y elegantes y una oferta de cepas nuevas, poco conocidas para el consumidor internacional, como la Malbec, uva de origen francés que se adaptó muy bien a nuestro suelo y actualmente es el más emblemático de los vinos tintos argentinos. En el caso de los blancos está la Torrontés, una de las cepas más características de los vinos argentinos, ya que casi no se produce en otro país”, dice Karzovnik.

Disfrute de un paseo por el mundo del vino
Nosotros lo invitamos

Barrio y Superama los invitan a disfrutar el próximo 3 de marzo a las 19.30 horas, en el restaurante Ragazzi, ubicado en Palmas 555 A, de los vinos Viña de los Andes, creados por Andesgrapes para la marca Extra-Special, así como de una selección de caldos distribuidos en México por La Madrileña. Es una cata exclusiva para lectores de nuestra revista.

Sea uno de los primeros 20 lectores en responder la siguiente trivia y ganar la invitación para asistir, junto con un acompañante, a esta presentación.

1. ¿En qué región de Argentina se ubica la bodega Andesgrapes?

2. ¿De qué país es originaria la cepa Malbec?

3. ¿Qué cepa blanca es característica de Argentina?

Envíe sus respuestas al correo promocionbarrio@gmail.com.
Incluya por favor su nombre completo, ocupación, colonia y delegación en que vive y teléfonos; así como el nombre de su acompañante.
Es Indispensable contar con estos datos completos

Los datos

Fecha:
3 de marzo, 2010
Lugar: restaurante Ragazzi Palmas
Paseo de las Palmas No. 555-A, Lomas de Chapultepec, CP 11000, México DF
Tel. 5220-8030
Horario: 19:30 horas

**Contamos con valet-parking