jueves, 22 de julio de 2010

La herencia de Joan d’Anguera

Dentro del panorama vinícola catalán, la DO Montsant destaca tanto por su tradición como por el avance a logradas expresiones en el panorama de la industria actual. Los romanos ya elaboraban vinos en esta tierra. Mucho tiempo después, los monjes cartujos impulsaron el cultivo en toda la comarca. Ya en el siglo XIX, los vinos de esta zona consiguieron numerosos reconocimientos en los principales encuentros internacionales de especialistas.

Desde tiempos ancestrales, en las tierras de la DO Montsant han convivido en armonía la actividad humana y el respeto al medio ambiente. La sierra del Montsant ha sido, y en cierto modo sigue siéndolo, un refugio espiritual. Prueba de ellos son los eremitas que, haciendo honor al nombre de la sierra, la han poblado desde el siglo XII.

“La DO Montsant es una denominación pequeña, donde la producción de uva oscila, en su conjunto, alrededor de los 10 millones de kilos. Las hectáreas productivas de viñedos suman unas 2 mil y el número de bodegas va alrededor de las 50. Los vinos más comunes son los tintos, elaborados principalmente a partir de las variedades tradicionales Garnacha y Cariñena, que dan unos vinos con mucho cuerpo, aptos para la crianza. Los vinos tintos de Montsant son equilibrados y aromáticos.

Por lo que respecta a los vinos blancos, las variedades tradicionales son la Garnacha blanca y Macabeo. Los blancos de la zona se distinguen por su sedosidad, su personalidad gustativa, su estructura y por sus aromas elegantes y sutiles. Los rosados ganan presencia año tras año. Resultan muy olorosos, sedosos, con aromas muy intensos de frutas del bosque.

La Denominación de Origen Montsant nació formalmente en 2002, integrada por los municipios y las bodegas que, hasta esa fecha, formaban la subzona Falset de la denominación de origen Tarragona. La DO ha vivido, desde entonces, un crecimiento espectacular. Si en el momento de su nacimiento, tenía 28 bodegas, la cifra ya supera hoy las 50 bodegas. Casi 70% de su producción embotellada se destina a la exportación, principalmente a Alemania y a los Estados Unidos, de acuerdo con datos de la misma DO.

Una de las bodegas emblemáticas de Montsant es Joan d’Anguera, pionera en el cultivo de la cepa Syrah en España. Actualmente Joan y Josep d’Anguera mantienen la tradición en la fabricación de los vinos, abriendo sin embargo el camino a nuevas expresiones.

“En Joan d’Anguera, siempre hemos entendido que solamente trabajando con el máximo respeto la tierra heredada de nuestros antepasados, podremos obtener vinos que reflejen con toda pureza la zona de donde proceden. Por eso, en nuestras viñas siempre hemos utilizado productos respetuosos con el medio ambiente.

“En este sentido, en 2009 iniciamos un proceso de conversión de nuestros viñedos en cultivo ecológico y agricultura biodinámica. Para la obtención de los correspondientes certificados, seguimos las normativas del Consell Català de la producción Ecológica y Remeter”, precisa Josep d’Anguera.

Refiere que los viñedos fueron plantados por los ancestros familiares que se establecieron en Montsant, durante 1820. Ellos fueron los pioneros, los Joan d’Anguera, quienes desde los principios desarrollaron esa mágica complicidad que une al hombre con la tierra.

“Así se entiende que en estas viñas se plantara la primera cepa de Syrah en España. Y, tal vez, por esa razón es aquí donde la historia se puede sentir. Olivos nueve veces centenarios bordean los viñedos, la grava del suelo se muestra en toda su aparente rudeza y el aire del Mediterráneo trae los aromas que las cepas atrapan y transforman en sensaciones.

“Aquí el entorno no hace concesiones a la frivolidad. Por eso hacen falta el rigor y la experiencia de generaciones para convertir diamantes en bruto en joyas líquidas, para transformar una naturaleza agreste en frutos jugosos y éstos en vinos elegantes, sedosos, inolvidables. Los valores, las raíces de la cultura familiar, están preservadas para ser transmitidas a las siguientes generaciones de vitivinicultores Anguera”, explica.

Joan d’Anguera, Planella, Finca L’Argatá, Bugader y D’Or establece el cuadro de honor vinícola de la bodega catalana. El primero es una mezcla de Syrah, Garnacha y Cabernet Sauvignon; joven pero equilibrado, impetuoso pero controlado, con inesperados tonos frutales y sorprendente suavidad. Un vino redondo, con persistencia aromática: perfecto para cada día.

En el caso de Planella, se trata de un encuentro de cepas Mazuelo, Garnacha, Syrah y Cabernet Sauvignon que, al decir de Josep d’Anguera, expresa la fuerza de Montsant, mostrando la concentración de los nutrientes extraídos de cepas centenarias, transformados en púrpura, cerezas y chocolate. Marcado por un fino especiado, tuvo un paso de 10 a 12 meses en barricas de roble francés.

Finca L’Argatá se compone de cepas Syrah, Garnacha y Cabernet Sauvignon, con un paso de 14 meses en barricas de roble francés. Expone “la armonía del terruño y el equilibrio de los componentes, sin perder potencia, carnosidad y amplitud”.

Bugader es un vino fabricado con uvas Syrah y Garnacha, con 14 meses en barricas de roble francés. Es “profundamente místico, puro Syrah, puro cuerpo. No hay más que una palabra para describirlo: magnífico”.

En el caso de D’Or es “oro líquido, con reflejos cereza, dulce con un preciso toque de acidez. Una joya. Perfecto contrapunto para un Stilton o un Cabrales. Constituido exclusivamente de Garnacha, tiene una crianza oxidativa en toneles de castaño durante 36 meses.

No hay comentarios:

Publicar un comentario